Los equipos de rescate han hallado esta mañana los cuerpos sin vida de los dos excursionistas vizcaínos desaparecidos el martes en el Pirineo navarro. Las víctimas, que han aparecido abrazadas, al parecer fallecieron de hipotermia. Sus cuerpos fueron avistados esta mañana en el collado del Anie, en la frontera de España y Francia, por un helicóptero de la Gendarmería francesa que formaba parte del operativo de rescate. Otros dos helicópteros, uno del Gobierno de Navarra en el que viajaban agentes del GREIM de la Guardia Civil y otro del GREIM de Jaca, han recuperado ya los cuerpos de la parejal.
Los cadáveres han trasladado hasta el aparcamiento situado en el collado de Ernaz, el mismo lugar donde los excursionistas dejaron su cothe el martes. Allí también se encuentra el puesto de mando avanzado de la Agencia Navarra de Emergencias. Los cuerpos han sido introducidos en un furgón fúnebre que los llevará hasta el Instituto Navarro de Medicina Legal con el fin de que les sea practicada la autopsia.
Densa niebla
Los primeros indicios recogidos apuntan a que los dos senderistas, identificados como Jon Álvarez Suárez y Naiara Larrinaga Velasco, de 40 y 37 años, fueron sorprendidos por una densa niebla y una fuerte tormenta en una zona muy peligrosa, llena de simas, cercana a la estación de esquí francesa de La Pierre San Martin. La pareja pasaba unos días de vacaciones alojada en un hostal del pueblo de Isaba -el Onki Xin-, con el propósito de hacer rutas de montaña.
A primera hora de la mañana del martes salieron de esta localidad del valle navarro del Roncal y se dirigieron en su coche hasta el collado de Ernaz, situado a 1.760 metros de altitud, en el límite entre Isaba y la localidad francesa de Arette. Allí aparcaron su coche. "Es un paraje de macizos kársticos, llenos de simas y cortes. Un guarda de montaña les aconsejó que no hicieran la excursión porque se estaba echando la niebla y esa zona es muy peligrosa", explicaba ayer el dueño de una casa rural del valle.
Desde ese momento se perdió la pista de Naiara y Jon. A lo largo del día la niebla se hizo más cerrada y en la noche del martes al miércoles una fuerte tormenta azotó con fuerza este paraje de montaña, el paso fronterizo más alto de Navarra. "Justo en el aparcamiento donde dejaron el coche se iba a celebrar en la mañana del miércoles, como todos los 13 de julio, la tradicional fiesta del Tributo de las Tres Vacas. Los organizadores habían colocado una carpa metálica para la celebración. Apareció destrozada por la tormenta, estaba tirada por el suelo. Tuvo que ser muy fuerte", comentaba ayer la responsable de la oficina de turismo de Isaba.
Con perros de rastreo
No regresaron al hostal en el que estaban alojados ni el martes, ni tampoco el miércoles, cuando debían abandonar el establecimiento. Los propietarios del local comprobaron que los clientes tenían toda su ropa en la habitación, por lo que sospecharon que podía haberles ocurrido algún accidente y avisaron a los servicios de emergencia, que pusieron en marcha un dispositivo de búsqueda en la mañana de ayer. "Lo primero que hicimos fue llamar al refugio de Leskun, porque los montañeros que se pierden y descienden sin rumbo suelen acabar por allí, pero no les habían visto", añadieron desde la oficina de turismo.
Los equipos de rescate no tardaron en encontrar el coche de la pareja en el aparcamiento del collado de Ernaz. En las tareas de rastreo han participado los grupos de Montaña de la Guardia Civil, bomberos voluntarios de Isaba, Navascués y Cordovilla, junto con agentes de la Policía foral. Al otro lado de la frontera se sumaron efectivos de los bomberos galos.
"La familia está destrozada"
Algunos familiares de los excursionistas vizcaínos se desplazaron ayer hasta la localidad de Isaba para seguir de cerca las tareas de búsqueda. "Están destrozados", relataba anoche a este periódico uno de los voluntarios que participó en la batida.
Los dos fallecidos residen en Portugalete. Jon era natural de Santurtzi y trabajaba como profesor de Educación Física en un colegio de Sestao. Ayer, sus familiares no se habían puesto en contacto con el Ayuntamiento de Portugalete, según explicó el alcalde, Mikel Torres. "Esperamos que aparezcan sanos y salvos. Si los allegados solicitan nuestra ayuda, les daremos todo el apoyo que podamos", comentó.