Una veintena de aeropuertos españoles, distribuidos en el norte de la península, entre ellos el de Barcelona-El Prat, permanecerán cerrados hoy al menos hasta las 20.00 horas por la nube de ceniza procedente del volcán islandés Eyjafjalla que cubre parte del espacio aéreo español.
La decisión, que sigue la recomendación de la Agencia Europea para la Seguridad en la Navegación Aérea (Eurocontrol), la adoptó el ministro de Fomento, José Blanco, con la "prioridad absoluta" de garantizar la seguridad de los pasajeros.
Así lo aseguró el ministro en una rueda de prensa tras la reunión de la Comisión Estatal de Seguimiento de Aeropuertos, creada este viernes para actuar ante los efectos de la nube volcánica, que en las últimas semanas bordeó la costa cantábrica hasta que los vientos la empujaron hacia la península.
La nube, que limita la visibilidad y puede poner en riesgo la navegación aérea, provocó desde la madrugada el cierre del aeropuerto de Santiago de Compostela e impidió que esta mañana abrieran los de Vigo, La Coruña, Asturias, Santander, León, Burgos, Valladolid y Salamanca.
El número de instalaciones cerradas se elevó hasta 16 (de ellos 15 bajo la gestión de AENA) a partir de este mediodía, cuando se cerraron también los aeropuertos de Bilbao, Vitoria, San Sebastián, Pamplona, Zaragoza, La Rioja y Lérida.
Ello había supuesto a mediodía que 123 de los 190 vuelos programados no se pudieran realizar, lo que afectaba a unos 9.500 pasajeros.
Pero la evolución de los vientos y la insistencia de Fomento en que no autorizará ningún vuelo, mientras los técnicos no garanticen "plenamente" que la nube de cenizas volcánica está despejada y "no supone ningún riesgo para las aeronaves", les obligó a cerrar cuatro aeropuertos más hasta llegar a la veintena.
Los últimos aeródromos en echar hoy el cierre temporal, a partir de las 15.30 horas, fueron cuatro en Cataluña, entre ellos Barcelona-El Prat, Sabadell, Girona y Reus, siguiendo la estimación transmitida por Blanco de que a partir de las 14.00 horas la nube de ceniza se extendería hasta el noreste peninsular.
Ante esta situación, Blanco subrayó: "es nuestra responsabilidad y creo que todo el mundo lo entenderá, que debemos actuar conforme a criterios de seguridad plena para los pasajeros", que podrían ser 28.000 afectados sólo en el caso del aeropuerto de Barcelona, en que se suspenderían 320 de los 648 vuelos programados.
Pero al mismo tiempo, el Ministerio, consciente de los problemas que genera el cierre de los aeropuertos y de que tiene que evitar que afecten al menor número de personas posible, trabaja para ofrecer medios de transporte alternativos.
El ministro de Fomento ya anunció esta mañana que era «más que probable» que esto sucediera
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